16 marzo 2010


Cuando no sabés a dónde vas, cualquier camino puede servir. Da miedo partir. Da miedo volver. Las preguntas, las respuestas dan miedo. Si no sabés hacia donde vas, lo mejor es dejarte llevar, como flotando en el viento. A veces hay que desprenderse del equipaje, y como una pluma, dejarse llevar por el viento. Para que un día nos queden unos cuantos recuerdos . Para poder hacer todo eso, es necesario no temerle a partir, ni a volver. Porque estamos en una encrucijada de caminos que parten y que vuelven, si no sabemos hacia dónde ir, hay que dejarse llevar por el viento. Y flotando en el viento, iremos a donde debamos ir.
mariajose.mariajose

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